Semana 36: El bebé cada día aumenta casi 30 gramos (una onza más).
Ahora pesa alrededor de 2,7 kilos (casi 6 libras). Mide un poco menos de 47,5
centímetros (19 pulgadas).
Está perdiendo poco a poco el lanugo
que lo cubría durante las semanas anteriores, así como la sustancia cremosa
(vernix caseosa) que ha recubierto su piel durante todo el tiempo que ha estado
flotando en el líquido amniótico. Junto con el líquido amniótico que traga, el
bebé también traga la vernix caseosa y el vello que pierde, además de otras
secreciones. Toda esa mezcla, que tiene un color negro o verde muy oscuro y se
llama meconio, formará su primera evacuación.
Al final de esta semana, el bebé
habrá llegado a término. Los bebés que nacen antes de las 37 semanas se
consideran prematuros y los que nacen entre las 37 y las 42 semanas, a término.
Lo más probable es que esté ya situado en posición para nacer, con la cabecita
hacia abajo. Si para la semana que viene no se ha puesto en posición, es
posible que el doctor sugiera una "versión cefálica exterior" (el
doctor tratará de girar al bebé para que se ponga en la posición ideal para el
nacimiento, empujándolo con una mano desde la parte exterior de tu vientre).
Cambios en el cuerpo de la madre:
La acidez estomacal o agruras: La
válvula que generalmente mantiene los ácidos estomacales fuera del esófago, se
relaja y se expande durante el embarazo. El resultado es que los ácidos
estomacales, en lugar de quedarse confinados en el estómago, suben por el
tracto digestivo, produciendo una sensación de ardor o quemazón. A medida que
el bebé y el útero crecen, presionan el estómago de la madre hacia arriba y eso
puede empeorar todavía más el problema. (Zrodlo Foundation, 2013)
La placenta se deteriora a medida que transcurre el embarazo y, generalmente, a las 42 semanas ya no alimenta a tu bebé con glucosa ni elimina sus desechos correctamente. Si el doctor piensa que hay algún riesgo para el bebé, puede que recomiende inducir el parto.
Cambios en el cuerpo de la madre:
En el último mes de embarazo hay más posibilidad de desarrollar preeclampsia. El médico comprobará la presión de la sangre para asegurarse de que no es demasiado elevada, que no hay un exceso de proteína en la orina, y que las manos y la cara no están excesivamente hinchadas, puesto que estos son los tres síntomas clave de la preeclampsia.
Esta semana las mujeres se sienten bastante incómodas y no pueden dormir bien por la noche. Según las investigaciones realizadas, durante el tercer trimestre es cuando peor se duerme.
En esta etapa también se pueden sentir muchas más contracciones Braxton Hicks y, además, éstas pueden durar más o ser más incómodas. Algunas veces, cuando comienzan a venir muy seguidas, pueden indicar que el momento del parto está cerca. Quizás también sientan que tienen más flujo vaginal que antes. Si se observan huellas de sangre o es rosado y mucoso puede que se haya expulsando el tapón mucoso que sella el útero, y esto significa que probablemente el parto esté muy cerca. (Zrodlo Foundation, 2013)
La membrana que contiene el líquido amniótico está compuesta por una red de células que pueden debilitarse con las hormonas, la presión del útero o la fuerza de las contracciones del parto. Cuando esta red se rompe completamente, rompes la fuente de aguas y es muy posible que tu parto empiece pronto, aunque hay mujeres cuyo parto se inicia antes de romper la fuente.
Cambios en el cuerpo de la madre:
Puede que ahora se hinchen sus piernas, pero si la madre nota hinchazón en las manos o en la cara, si aumenta súbitamente de peso, tiene dolores de cabeza persistentes, visión borrosa u observa puntos frente a los ojos, siente dolor en el abdomen, pueden ser síntomas de preeclamsia y debe acudir a donde su médico. (Zrodlo Foundation, 2013)
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