Semana 30: El sistema digestivo y los pulmones del bebé
ya casi están plenamente desarrollados. Pesa unos 1,4 kilos (casi 3 libras) y
mide alrededor de 39 centímetros (un poco más de 15 pulgadas y media). Está
flotando en casi medio litro de líquido amniótico, pero ese volumen disminuirá
a medida que crezca y ocupe todo el útero.
Puede distinguir entre la luz y la
oscuridad, e incluso puede seguir con sus ojos una luz que se mueve. Las
primeras semanas después de nacer solo podrá ver las cosas que tenga a unas
pulgadas o centímetros de su rostro.
Cambios en el cuerpo de la madre:
No solamente adquiere mucho más peso,
sino que ese peso extra está afectando su capacidad de mantener el equilibrio,
las articulaciones están más flojas debido a las hormonas del embarazo.
La combinación de las molestias de
este trimestre con los cambios hormonales, pueden hacer sentir a las mujeres de
nuevo los altibajos emocionales de los primeros meses. Además, es posible que
ahora tenga más preocupaciones sobre cómo será el parto, que cada vez está más
cerca, y sobre si será una buena mamá o no. Aunque todo esto es normal, si la
mujer siente que cada vez estás más triste o irritable, debe consultarlo a su
médico, porque podría estar entre el 10% de mujeres embarazadas que sufren
depresión en la última parte del embarazo. (ESPINAR, David. 2012)
La grasa que ha estado acumulando
en los últimos meses hace que sus brazos y piernas se vean ya llenos y
torneados. Ahora probablemente se está moviendo mucho y quizás despierte a su
mamá por las noches. Todo este movimiento indica que está muy activo y
saludable. También puede girar su cabeza de un lado a otro.
En esta etapa quizás ya se ha
dado vuelta y se ha puesto cabeza abajo en el útero, en la posición ideal para
el parto. Algunos bebés lo hacen un poco más tarde, y otros se quedan sentados
con la cabeza hacia arriba muchas semanas más.
Cambios en el cuerpo de la madre:
Algunas mujeres sienten en la
segunda mitad del embarazo contracciones, que se producen al azar y se llaman
contracciones de Braxton Hicks. Duran entre 30 y 60 segundos y son irregulares.
En este momento del embarazo deben ser poco frecuentes e indoloras. (ESPINAR, David. 2012)
Semana 32: El bebé pesa unos 1,8 kilos (casi 4 libras) y mide unos
43 centímetros (17 pulgadas). La madre va aumentando alrededor de 400 gramos
por semana, y la mitad de ese peso va para el bebé. De hecho, en las próximas 7
semanas aumentará entre una tercera parte y la mitad del peso que tendrá al nacer,
porque necesita esa grasa para sobrevivir fuera del útero.
Sus uñas ya están completamente
formadas. Hay algunos bebés que en esta semana ya tienen cabello, pero otros
sólo tienen un poquito de vello (lanugo). Su piel se está poniendo suave y
lisa, ahora que está engordando más rápidamente.
El bebé ocupa ahora todo el
espacio que hay en el útero, pero eso no quiere decir que su nivel de actividad
se haya reducido.
Cambios en el cuerpo de la madre:
El volumen de la sangre es ahora
un 40-50% mayor que antes de quedar embarazada. Esta cantidad extra compensa
además la sangre que puede perder la mujer durante el parto.
El útero presiona hacia arriba,
cerca del diafragma, y en el abdomen. Esto le puede causar una sensación de que
le falta el aire, así como acidez estomacal.
A medida que el bebé crece, la
concentración cada vez mayor de peso en el vientre hace que la postura y centro
de gravedad cambien. Además, los músculos abdominales se están estirando, las
hormonas están haciendo que sus ligamentos se distiendan y el útero, cada vez
mayor, quizás esté presionando algunos nervios. Todo esto puede contribuir a
causar dolor en la parte baja de tu espalda y caderas. (ESPINAR, David. 2012)
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