sábado, 27 de junio de 2015

Semana 21, 22, 23



Semana 21: El feto mide casi 27 centímetros desde la cabeza hasta los pies (10,5 pulgadas) y además, y  pesa unos 330 gramos (0,7 libras).
 Si es una niña, ya tiene la vagina formada.
En estos días el bebé comienza a moverse más que nunca, según algunos estudios, un feto se mueve más o menos 50 veces cada hora, incluso cuando está durmiendo. Todos esos movimientos sirven para estimular su desarrollo físico y mental. (NILSSON, Lennart. 2011)

Cambios en el cuerpo de la madre:
El embarazo añade presión a las venas de las piernas. El volumen de la sangre se ha incrementado y el útero ejerce mucha presión en la vena cava inferior, que es una vena grande que devuelve la sangre desde la parte inferior del cuerpo hasta el corazón. Por si fuera poco, el aumento de la progesterona hace que las paredes de las venas se relajen y se vuelvan más prominentes. Todos estos factores contribuyen a estimular las várices. Lo normal es que aparezcan en las piernas, pero a veces también aparecen en la vulva. (Zrodlo Foundation, 2013)


Semana 22: El bebé mide cerca de 28 centímetros de largo y pesa alrededor de una libra. Si es varón, sus testículos comienzan a descender del abdomen al escroto.
El cabello es visible en su cuerpo y su cabeza. A partir de ahora, y hasta aproximadamente las 32 semanas, el bebé puede sentir el dolor más intensamente de lo que lo sentiría en cualquier otro momento del desarrollo. (NILSSON, Lennart. 2011)

Cambios en el cuerpo de la madre:
Se presentan calambres en las piernas,  la razón de estos calambres es la sobrecarga que tiene la espalda. Para compensar el peso que carga en el vientre, la curvatura de la columna cambia durante el embarazo. La parte baja de la espalda se echa hacia adelante. A consecuencia de esta postura a menudo se comprime un nervio que va desde la columna hasta las piernas. La presión sobre el nervio es lo que crea esos calambres tan molestos.
Para estas fechas quizás han aparecido algunas estrías en la piel. Esto ocurre porque tu piel se está estirando para acomodar el crecimiento del bebé. Aproximadamente la mitad de las mujeres embarazadas tienen estrías. Éstas son unas líneas en la piel que tienen diferente textura y pueden ser desde rosadas a marrones, dependiendo del color de la piel. Durante el embarazo se van haciendo más evidentes a medida que pasan los meses. Pueden aparecer en la barriga, nalgas, muslos, caderas y pechos. Otra cosa que ocurre durante el embarazo es que el ombligo de la embarazada suele salirse hacia afuera, esto es sólo temporal y después del parto volverá a su forma normal. Otro cambio que se puede notar en la piel durante estos meses son unas venitas rojas en la superficie cutánea, con pequeñas ramificaciones. Se llaman arañas vasculares y pueden salir en la cara, el cuello, la parte de arriba del pecho y los brazos. Se deben a los altos niveles de estrógeno y suelen desaparecer después del parto. (Zrodlo Foundation, 2013)


Semana 23: El bebé puede pesar más de 1/2 kilo (más de 1 libra). Ahora mide alrededor de 28 centímetros (11 pulgadas) y seguramente él o ella ya podrá sentir tus movimientos.
En esta etapa los bebés tienen un color sonrosado, sin importar cuál sea el color de su piel en el futuro, y están bastante arrugados. Su piel es todavía tan fina que las venas se le transparentan y le dan ese tono rosado. El verdadero tono de su piel se asentará a lo largo de su primer año de vida.
Las venas que tiene en sus pulmones y que le ayudarán a respirar se están desarrollando, aunque todavía faltan unos meses para que los pulmones estén completamente formados. Es por esto que los bebés prematuros (nacidos antes de las 37 semanas) a menudo tienen dificultad para respirar. Los bebés que nacen en esta semana, la 23 del embarazo, pueden sobrevivir con cuidados médicos intensivos, pero corren el riesgo de sufrir muchas complicaciones. (NILSSON, Lennart. 2011)

Cambios en el cuerpo de la madre:

Se pueden presentar ligeras hinchazones, especialmente en los tobillos y los pies. Esto se llama "edema" y se debe a que los cambios en la química de la sangre hacen que el fluido se retenga en los tejidos. Además el útero, que cada día es más grande, presiona las venas que devuelven la sangre desde la parte inferior del cuerpo hacia el corazón. Como resultado, la circulación en las piernas es más lenta. El edema generalmente empeora al final del día y durante el verano. No obstante, cuando el bebé nazca, eliminarás todo este exceso de líquido. (Zrodlo Foundation, 2013)

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